Como resultado de nuestra preparación cuaresmal celebramos la Pascua invocando la llegada de tiempos mejores, tiempos nuevos para cada persona y para toda nuestra iglesia. La Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor nos ha alcanzado la presencia del Espíritu Santo en toda la iglesia y en cada miembro de la iglesia. Cristo vive en nosotros y, además de experimentarlo, tenemos la tarea de llevarlo a los hermanos. No es sólo una frase bonita sino una realidad: Cristo Vive y el Espíritu Santo nos da una nueva vida.
La celebración festiva de la Pascua nos trae muchas alegrías, como la conocida y muy comentada canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II; la celebración del domingo de la Misericordia; la celebración del Señor de la Misericordia, etc. Oportunidades todas para gozar de la alegría que Dios nos da y de compartirla con nuestra comuniidad. En la capilla de Olín tuvimos la fiesta del Señor de la Misericordia y la pronta participación de los vecinos: ahí se puso una lona, unas mesas y nos regalaron la comida para venderla a 10 pesos el boleto, a fin de pagar los desechables y el alquiler de lona y mesas. Sobró comida, alcanzó para todos y en serio que todo rico: arroz, agua, tortillas, mole, salsa de chicharrón verde y roja, frijoles charros, como en fiesta. Gracias a todos por su paraticipación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me gustaría recibir sugerencias y apreciaciones sobre estos escritos.