POR LOS ENFERMOS
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 6,3-4
Ten piedad de mi, Señor, porque
desfallezco;
sáname, Señor, porque mis huesos
se quiebran
y la enfermedad me aflige.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que quisiste que tu Unigénito
cargara con nuestros sufrimientos
para mostrarnos el valor de la
enfermedad y la paciencia humana,
escucha benignamente nuestras súplicas
por los hermanos que se hallan
enfermos
y concede que los que están afligidos
por el dolor,
las penas y la enfermedad,
no sólo se sientan elegidos entre
aquellos proclamados dichosos,
sino también sepan que están
unidos a Cristo en su pasión,
para salvación del mundo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo,
que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo,
y es Dos por los siglos de los
siglos.
O bien.
Dios todopoderoso y eterno,
salvación perpetua de los que
creen en ti,
escucha nuestra oración por tus
siervos enfermos,
para quienes imploramos el
auxilio de tu misericordia,
a fin de que, recuperada la
salud,
puedan ofrecerte su acción de
gracias en tu Iglesia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo,
que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo,
y es Dos por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, cuya providencia
dirige cada momento de nuestra
vida,
recibe las súplicas y las
ofrendas
con que imploramos tu
misericordia
en favor de nuestros hermanos
enfermos,
para que la preocupación de ahora
por su enfermedad,
se nos convierta pronto en gozo
por su salud.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1,24
Completo en mi carne lo que falta
a la pasión de Cristo,
por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA
COMUNIÓN
Dios nuestro, auxilio inefable en
la enfermedad,
ayuda con tu poder a estos hijos
tuyos enfermos,
para que, aliviados por tu misericordia,
vuelvan a ocupar su lugar en la
asamblea de tus fieles.
Por Jesucristo nuestro Señor.
POR LOS
MORIBUNDOS.
ANTÍFONA DE ENTRADA Rm 14,7-8
Ninguno de nosotros vive para sí
mismo,
ni muere para sí mismo.
Si vivimos, para el Señor
vivimos;
y si morimos, para el Señor
morimos.
Por lo tanto, ya sea que estemos
vivos
o que hayamos muerto, somos del
Señor.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y
misericordioso,
que al decretar la muerte para el
género humano,
en tu misericordia abriste las puertas
de la vida eterna,
mira con piedad a tu hijo que
lucha en la agonía,
para que, asociado a la pasión de
Cristo
y sellado con su sangre,
pueda llegar a tu presencia
limpio de toda culpa.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo,
que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo,
y es Dos por los siglos de los
siglos.
O bien:
Dios
omnipotente y misericordioso,
que
en toda circunstancia muestras tu amor a todas tus creaturas,
escucha
benigno, las súplicas que elevamos
por
los que hoy van a morir,
para
que, redimidos por la preciosa sangre de tu Hijo,
puedan
salir de este mundo sin mancha de pecado
y
descansar perpetuamente en el seno de tu misericordia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo,
que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo,
y es Dos por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe Señor Dios, el sacrificio
que, confiados, te ofrecemos por
tu siervo
que se halla al final de la vida;
y por la eficacia de este
sacramento,
concédele quedar purificado de
todas sus culpas
para que, habiendo soportado en
esta vida
el sufrimiento que, en tu
providencia dispusiste,
alcance en la vida futura el
descanso eterno.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1,24
Completo en mi carne lo que falta
a la pasión de Cristo,
por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.
O bien: Jn 6,54
El que come mi carne y bebe mi
sangre
tiene vida eterna, dice el Señor,
y yo lo resucitaré el último día.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA
COMUNIÓN
Por la eficacia de este
sacramento,
dígnate, Señor, confortar
piadosamente,
con tu gracia, a tu siervo
para que, en la hora de la
muerte, pueda vencer al enemigo
y merezca pasar con tus ángeles a
la vida eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor.
PARA PEDIR
LA GRACIA DE UNA BUENA MUERTE.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 22,4
Aunque camine por cañadas
oscuras, nada temo,
porque tú estás conmigo, Señor y Dios mío,
tu vara y tu cayado me dan
seguridad,.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que nos creaste a tu
imagen
y quisiste que tu Hijo padeciera
la muerte por nosotros,
concédenos permanecer siempre
vigilantes en la oración,
para que merezcamos salir de este
mundo sin mancha de pecado
y descansar llenos de gozo en el
seno de tu misericordia .
Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo,
que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo,
y es Dos por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Así como venciste nuestra muerte,
Señor,
con la muerte de tu Unigénito,
así también concédenos, por la
eficacia de este sacramento,
que, obedeciendo a tu voluntad
hasta la muerte,
salgamos de este mundo llenos de
paz y de confianza,
hechos partícipes de su gloriosa resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rm 14,7-8
Ninguno de nosotros vive para sí
mismo,
ni muere para sí mismo.
Si vivimos, para el Señor
vivimos;
y si morimos, para el Señor
morimos.
Por lo tanto, ya sea que estemos
vivos
o que hayamos muerto, somos del
Señor.
O bien: Lc 21,36
Velen, pues, y hagan oración continuamente,
para que puedan comparecer
seguros
ante el Hijo del hombre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA
COMUNIÓN
Habiendo recibido por estos
misterios
la prenda de la inmortalidad,
te pedimos, Señor, que el auxilio
de tu amor
nos ayude en el momento de
nuestra muerte,
y que, venciendo las tentaciones
del enemigo,
seamos acogidos en el seno de tu
eterna gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.MISA EN LAS EXEQUIAS
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 22,4
Así como Jesús murió y resucitó,
de la misma manera a los que duermen en Jesús
Dios los llevará con él.
Así como en Adán todos mueren,
así también en Cristo todos volverán a la vida. Aleluya.
de la misma manera a los que duermen en Jesús
Dios los llevará con él.
Así como en Adán todos mueren,
así también en Cristo todos volverán a la vida. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Escucha, Señor, benignamente nuestras súplicas
y concédenos que al proclamar nuestra fe
se afiance también nuestra esperanza
en la resurrección de tu hijo..
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
y concédenos que al proclamar nuestra fe
se afiance también nuestra esperanza
en la resurrección de tu hijo..
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dos por los siglos de los siglos.
o bien
Señor Dios nuestro, que al terminar la vida presente
nos muestras el principio de la vida eterna,
te pedimos por el alma de tu siervo..., para que, conducida por ti
llegue a participar para siempre del fruto de la redención.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
o bien
Señor Dios nuestro, que al terminar la vida presente
nos muestras el principio de la vida eterna,
te pedimos por el alma de tu siervo..., para que, conducida por ti
llegue a participar para siempre del fruto de la redención.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dos por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean gratas, Señor, nuestras ofrendas,
para que tu siervo--- sea recibido en la gloria con tu Hijo
a quien nos unimos por este sacramento de su amor
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
para que tu siervo--- sea recibido en la gloria con tu Hijo
a quien nos unimos por este sacramento de su amor
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 11, 25-26
Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor.
El que cree en mi, aunque haya muerto, vivirá
y todo aquel que está vivo y cree en mi,
no morirá para siempre. Aleluya.
El que cree en mi, aunque haya muerto, vivirá
y todo aquel que está vivo y cree en mi,
no morirá para siempre. Aleluya.
O bien: Lc 21,36
Velen,
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que tu siervo...
por quien hemos celebrado este sacrificio pascual,
llegue a la morada de la luz y de la paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Te rogamos, Señor, que tu siervo...
por quien hemos celebrado este sacrificio pascual,
llegue a la morada de la luz y de la paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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