El edificio parroquial.
La fachada de la iglesia parroquial presenta todos los esfuerzos que se han realizado durante muchos años en esta comunidad para poder ofrecer un lugar de culto que nos permite ahora reunirnos para alabar a Dios y para ser instruídos por su Palabra.
En especial ahora nos reunimos los domingos, como toda nuestra Iglesia acostumbra para celebrar la Palabra de Dios y para alimentarnos con su Cuerpo y su Sangre, el sacramento que a nosotros nos mantiene en la unidad y nos fortalece en la caridad.
Cada pueblo hace esfuerzos por construir un templo. Desde hace quinientos años que llegaron a estas tierras los primeros evangelizadores cristianos, se han ido construyendo templos que permitan la reunión de los fieles para la celebración de la santa misa y los otros sacramentos. El templo es característica del pueblo, es el centro de nuestra vida comunitaria y familiar. Es el lugar de origen para cada cristiano; en la fuente bautismal se hace efectivo el misterio de Cristo nuestro Señor que nos purifica y nos da su vida. Es el lugar en que se proclama la Palabra de Dios que va llegando a nuestro corazón y nos instruye y transforma nuestra vida. Es el lugar en que se celebran los sacramentos que alimentan nuestra vida cristiana, el lugar donde revisamos nuestra conciencia y la purificamos comprometiéndonos a una vida mejor; es el lugar donde recibimos la plenitud de la gracia, la fuerza del Espíritu Santo que nos empuja a transformar nuestra vida y comprometerla en servicio de nuestros prójimos y familiares. Aquí recibimos la vida de Dios, la alimentamos y aquí también entregamos a Dios la vida de nuestros mayores; al celebrar las exequias le agradecemos los beneficios que nos ha dado y confiamos en que nuestros familiares y amigos que se nos adelantan hacia la vida eterna serán recompensados por todas las obras buenas que han realizado en su vida.
Aquí enfrente sólo se ve una parte: lo presente, lo que está a la vista. Pero es preciso contemplar el interior del templo y la historia que las mismas paredes cuentan. No se puede conocer toda la parroquia sólo por ver la fachada; necesitamos conocer la historia del templo, la historia del pueblo y todos los edificios que forman la parroquia: aquí tenemos un templo original, el templo grande y la casa parroquial. Y debemos contar también con los otros templos que se tienen: el de san Judas, el de Olín y el del Espíritu Santo, además de la capilla abierta de nuestra Señora del Rosario, en Casas Geo y las capillitas de Álvaro Obregón y de nuestra Señora del Camino. Todos tienen su historia y sólo se ven edificios que nos obligan a pensar en todos los esfuerzos que se han hecho por formar una comunidad, una familia de Dios que camina en estos lugares.
La estructura arquitectónica de un templo tiene una razón teológica que en días posteriores voy a comentar.
Quiero darle las gracias Padre por el entusiasmo que ha venido a contagiarnos, por su entrega generosa a nosotros, Dios lo bendice.
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