sábado, 19 de enero de 2013

Rezar el credo, profesar la fe.



De la Carta PORTA FIDEI

Del # 8
Tendremos la oportunidad de confesar la fe en el Señor Resucitado en nuestras catedrales e iglesias de todo el mundo; en nuestras casas y con nuestras familias, para que cada uno sienta con fuerza la exigencia de conocer y transmitir mejor a las generaciones futuras la fe de siempre. En este Año, las comunidades religiosas, así como las parroquiales, y todas las realidades eclesiales antiguas y nuevas, encontrarán la manera de profesar públicamente el Credo.

El credo tiene dos versiones, la más conocida o la que con más frecuencia recitamos se llama CREDO NICENO CONSTANTINOPOLITANO y es la oración oficial del año de la fe, por lo cual hay que encontrar momentos para recitarlo personalmente o en comunidad.  Yo lo estoy rezando todos los días antes de iniciar la misa de ocho de la mañana, lo recitamos en lugar de canto de entrada y también voy a invitar a toda la comunidad a que lo recemos todos los días a las ocho de la noche.

Es común que en todos los pueblos se realice el rosario de los difuntos, cuando hay difunto de cuerpo preente o durante el novenario o durante el aniversario; en todos los pueblos se junta la gente a rezar el rosario a las ocho de la noche; es muy común esta práctica.  Y aquí en Momoxpan, por alguna razón tocan las campanas todos los días a las ocho de la noche, y esta será una señal para que podamos detenernos un momento en nuestras actividades y rezar el credo.  Voy a proponerlo mañana en la misa dominical y espero que tengamos una buena respuesta a esta iniciativa.

Otra posibilidad será aprender y rezar el credo en latín, la lengua oficial de la Iglesia y, si fuera posible, aprenderla en otro idioma, pues no es nada difícil que lo hiciéramos en inglés, lengua que muchos paisanos tienen que aprender en su lugar de emigración.  Y muchas personas aquí en Momoxpan hablan alemán, otra posibilidad.

Credo
Niceno-Constantinopolitano

Creo en un solo Dios,
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe
una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una,
santa, católica y apostólica.

Confieso que hay un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.

Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.

Symbolum
Nicaenum-Constantinopolitanum
Credo in unum Deum,
Patrem omnipoténtem,
Factórem caeli et terrae,
visibílium ómnium et invisibílium.
Et in unum Dóminum Iesum Christum,
Filium Dei unigénitum
et ex Patre natum ante ómnia saécula:
Deum de Deo,
Lumen de Lúmine,
Deum verum de Deo vero,
génitum, non factum,
consubstantiálem Patri:
per quem ómnia facta sunt;
qui propter nos hómines et proper nostram
salútem, descéndit de caelis,
et incarnátus est de Spíritu Sancto
ex María Virgine et homo factus est,
crucifixus etiam pro nobis
sub Póntio Piláto,
passus et sepúltus est,
et resurréxit tértia die secúndum Scriptúras,
et ascendit in coelum, sedet ad déxteram Patris,
et íterum ventúrus est cum glória,
iudicáre vivos et mórtuos,
cuius regni non erit finis.

Credo in Spíritum Sanctum,
Dóminum et vivificántem,
qui ex Patre Filióque procédit,
qui cum Patre et Fílio simul
adorátur et conglorificátur,
qui locútus est per Prophétas.

Et unam sanctam cathólicam
et apostólicam Ecclésiam.

Confíteor unum Baptísma in
remissiónem peccatórum.

 Et exspécto resurrectiónem mortuórum,
et vitam ventúri saéculi.
Amen.

The Nicene-Constantinopolitan Creed
I believe in one God,
the Father, the Almighty,
maker of heaven and earth,
of all that is, seen and unseen.
I believe one Lord, Jesus Christ,
the only Son of God,
eternally begotten of the Father,
God from God, Light from Light,
true God from true God,
begotten, not made,
one in Being with the Father.
Through Him all things were made.
For us men and for our salvation,
He came down from heaven: by the
power of the Holy Spirit He was
born of the Virgin Mary,
and became Man.
For our sake He was crucified
under Pontius Pilate;
He suffered, died, and was buried.
On the third day He rose again
in fulfillment of the Scriptures;
He ascended into heaven,
and is seated at the right hand of the
Father. He will come again in glory
to judge the living and the dead,
and His kingdom will have no end.
I believe in the Holy Spirit,
the Lord, the Giver of life,
Who proceeds from the Father and
the Son. With the Father and the Son
He is worshiped and glorified.
He has spoken through the prophets.
I believe in one, holy, catholic,
and apostolic Church.
I acknowledge one Baptism
for the forgiveness of sins.
I look for the resurrection of the dead,
and the life of the world to come.
Amen.


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