POR EL VALLE DE ROSAS
Por el valle de rosas
de tus mejillas
corren dos arroyitos
de lagrimitas.
Déjame, deja (2)
que ellas la sed apaguen
que me atormenta.
Duérmete, Jesús mío,
duerme en mis brazos
y no llores, no llores
por mis pecados.
Duérmete, duerme, (2)
y aunque llorar me sientas
no te despiertes.
¡Qué fría está la tierra
donde has nacido!
¡Qué duro está el pesebre
donde reposas!
Deja mecerte, (2)
que mientras yo te arrullo
Tú me calientas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me gustaría recibir sugerencias y apreciaciones sobre estos escritos.